Asistieron fanáticos con camisetas de la escuadra nacional y las banderas rojas con amarillo se alzaron en varias ocasiones. La pasión por el fútbol fue palpable en la escena, varios ahogaron gritos de sorpresa o se llevaron las manos a cabeza cuando el balón se acercaba peligrosamente a la portería española, o en la situación contraría: los eufóricos ‘¡Vamos, vamos!’ se hicieron ver cuando la selección española conectaba hacia el gol.

Por ello, llovieron los gritos y abrazos con el primer gol del segundo tiempo. E incluso, cuando el marcador volvió a estar parejo, la expectación no decayó. Se reclamaron tanto las faltas como las tarjetas y la tensión creció a medida que avanzaba el tiempo en el reloj.

Ni el final de los 90 minutos ni el primer alargue daba luces de un ganador. Todo apuntaba a que la batalla se definiría en los penales. Y no fue hasta el segundo alargue que un cabezazo del español Mikel Merino definió el partido, enviando a España directo a las semifinales de la Eurocopa 2024.

‘¡Gol!’ y ‘¡Viva España!’ eran coreados por distintos socios congregados en la pérgola y el bar, algunos saltando de emoción y otros aplaudiendo animadamente desde sus mesas. Mientras que las banderas se desplegaron y la celebración demoró en cesar cuando el árbitro, por fin, dio por finalizado el partido unos minutos después del hito.